jueves, mayo 25, 2006

MPC

Prospección cultural y nodos operativos: hacia un Sistema de Protección Social Universal, una propuesta inicial de trabajo colectivo en la definición operativa de cultura.

Rainer Hauser.
Nota: este material, propuesto a consideración del equipo de la Unidad de Gestión y Análisis de derechos, se publica en este sitio por su carácter transversal y contenido de generación de interfases activas en temas emergentes en protección social (cultura).

Resumen
Teórico
: Esta propuesta se inscribe en la perspectiva de un trabajo “ínter áreas” y responde a la necesidad operativa de vincular tres ámbitos de trabajo, en la doble dimensión de afinar los procesos de reestructuración que ya están en marcha y de avanzar en la concepción, diseño y construcción del Sistema Nacional de Protección Social Integrado y Solidario. Los tres ámbitos de trabajo considerados, son: a) la relación de interfase entre las áreas de contenidos (Unidad de gestión y Análisis de derechos: UNIGAD) y de aplicación (territoriales), b) la utilización de las herramientas tecnológicas en la generación de redes humanas y c) la definición operativa y con contenido local de la cultura en el ámbito de la Protección Social.

Operacional: En lo concreto, proponemos la realización de un “módulo cultural” on-line, que recoja a través de un adecuado proceso de retroalimentación, la opinión de las personas de regiones para definir de manera pertinente y eficaz, el alcance del mandato de incorporar la cultura en la protección social. Se propone en consecuencia, interactuar con C.Díaz, encargada territorial de la macro Zona Norte y J.Toro, Seremi de la III Región de Atacama, con quienes se definirá un plan de acción coherente con el objetivo señalado y que permita la realización de un “piloto” en Municipalidades y localidades de la zona, que de ser exitoso, se amplíe a nivel nacional.

Justificación: una mirada desde la periferia.
El actual mandato de construcción de un sistema nacional de protección social, se debe a conjugar de manera sistémica las áreas compuestas por los desarrollos actuales del Chile Solidario y las de aquellos nuevos -y aún más complejos- desafíos que impone la creación de un sistema que cubra a todos los chilenos. Este tránsito entre lo que tenemos y lo que viene, está a nuestro juicio marcado por una serie de transformaciones que es bueno señalar. De esta manera, a la ya implícitamente mencionada (de la focalización a la universalización) habría que agregar a lo menos, la de pasar de la estratificación a la integración, la de la lógica central a la descentralización, la de la oferta a la demanda y la de mínimos a derechos. El tratamiento y estado de avance de estos ámbitos que está siendo considerado por los distintos equipos de trabajo, no ha contado aún con el esfuerzo de integración y transversalidad que requiere el éxito de un tamaño cambio en la política social del gobierno.

En efecto, aunque algunos de los ámbitos señalados, se encuentran como orientaciones desde la formulación de las políticas actuales, se constata un tratamiento diverso, disperso (en diferentes equipos, unidades y personas…) y de distinta profundidad en cada uno de ellos. No siendo este el lugar apropiado para entrar en el detalle, señalemos sin embargo lo necesario de construir interfases
[1], que asuman decididamente la orientación del cambio y propendan a su superación paulatina a través de series de acciones conducentes a dicho fin. Por otra parte, se impondrá la necesidad adicional de agregar nuevas categorías y dimensiones a lo ya existente. La primera y -tal vez- más importante de estas nuevas categorías, es la de la cultura, recientemente incorporada con el nuevo gobierno a la protección social.

Esta muy sucinta declaración de entrada, es –como se comprenderá- mucho más una declaración de intereses que un tratamiento exhaustivo del tema (algunos desarrollos actuales en
www.unigad.blogspot.com) que dados su magnitud y alcances, parece militar contra la urgencia que tenemos de poseer una consensuada batería conceptual, un marco normativo, definiciones operativas y –eventualmente- indicadores que permitieran la realización periódica de acciones de seguimiento y evaluaciones de impacto en la materia (ello también requiere introducir la dimensión temporal a la lógica instrumental de los programas de la administración pública, para a su vez, obtener financiamientos específicos para las líneas de acción que de allí se deriven).

Prospectiva de la Protección Social.
La cultura es por esencia diversidad de culturas. Una cultura que fuere monolítica, seria la negación de la cultura (C.Fuentes). De tal manera, la cultura no puede entenderse sino como un sistema. El contexto de la globalización impone una cultura única que paradojalmente, genera la explosión de las micro-culturas. De la misma manera, la concepción de políticas centrales que se aplican en las regiones y las localidades, incuba así la noción de monocultura, que se instala insensiblemente, vulnerando las identidades culturales y aquellos aspectos más profundos de la misma.

Una cultura es formas de hacer y de pensar relaciones. De tal modo, la cultura es un ente integral, de conformación múltiple y que sufre transformaciones permanentemente. La cultura, en definitiva, es las culturas. En nuestro caso, ello significa claramente instalar la descentralización en el eje de la discusión y tiene entonces que ver con la óptica en la cual se ha estado trabajando en Protección Social.

Muy brevemente, señalemos que luego de una primera revisión, sobre la cual hay que establecer algunas características, tal como que los temas que ahora emergen como “líneas de voluntad política”, ya formaban parte de los diseños iniciales
[2]. Cabría preguntarse, por qué entonces no existe un material si no tan importante y documentado como el que existe sobre la política de focalización promocional llevada a cabo por el programa Chile Solidario, al menos suficiente como para tener avanzado un diseño de lo que pronto (nuestro equipo ha decidido que el año “uno” de la Protección Social, es aquel en que se egresa del sistema), tendríamos que tener funcionando con las personas.

Como ello no ocurre, esbozamos la hipótesis que en este caso, “los árboles impidieron ver el bosque”, es decir que las tres fases de protección social,- a partir de la segunda se concibe el Chile Solidario-, se vieron desplazadas hacia un momento posterior, privilegiando la urgencia del hacer. Esta muy comprensible actitud política, que además se inscribe dentro del argumento explicativo que remite a un contexto institucional marcado al año del fin de gobierno, tuvo en mi opinión un doble efecto que debiéramos revertir. Primero, no se constituyeron equipos internos que hicieran seguimiento a la idea y acumularan experiencias con el propósito declarado de diseñar el Sistema, como si el solo haber declarado que hacia él se tendía, hubiera implicado llegar. Ello por cierto no ocurrió -sino tal vez, entre personas específicas que no encuentran los canales adecuados para hacer conocidas sus propuestas”-, manifestando, en el mejor de los casos, un importante problema de comunicaciones y de falta de integralidad. Los equipos de trabajo, se constituyeron así, de manera exclusiva en la solución de los problemas “concretos”, sin pensar colectivamente los términos de la política futura, esperando, seguramente, una ocasión más apropiada para hacerlo, que no llegó. En este sentido, el segundo elemento perverso e inesperado de esta falta de decisión en constituir desde el inicio un grupo de estudios que cumpliera con la tarea programática específica de “pensar” el Sistema de Protección Social, fue que al cabo, la función propiamente teórica, esencial al análisis de temas complejos y a la retroalimentación de la práctica –particularmente tratándose de programas sociales que requieren de la participación y empoderamiento de las personas-, desapareció del escenario, constituyéndose sus expresiones en una suerte de addenda metodológica, que confunde la definición conceptual con el glosario. En tercer lugar, cabe señalar que se privó al sistema, de la capacidad de anticipar escenarios y así de su fundamental razón prospectiva. En este sentido se podría inferir también que esta es la razón que explica la relativa carencia de evaluaciones actualizadas: al no haber perspectiva temporal, desaparecen tanto el exante, como el expost.

En efecto, uno de los aspectos más importantes que nos parece percibir en el análisis es que el sistema, encuentra a su elemento a la vez central y tácito, el factor temporal. Aunque ningún manual diga que un sistema se articula en función del tiempo, ello es porque se da por sentado que tanto la integralidad, la totalidad y la retroalimentación se sitúan en un marco temporal. Sin embargo, al no hacer explícita la dimensión temporal, desaparece el futuro y por ende la perspectiva estratégica, limitándose el quehacer a una atiborrada y confusa práctica del cotidiano por si mismo. De tal manera, resulta imperativo y como una de las más urgentes necesidades del Sistema, incorporar la prospectiva al análisis y concepción de la protección social.

Hay una premisa de las orientaciones internacionales –frecuentemente ignorada en el ejercicio de nuestra función pública-, y es que se debe tener una visión de futuro, incorporada a los procesos actualmente en desarrollo. En efecto, pensar adónde vamos, como lo estamos haciendo y por qué, es un proceso tan importante como difícil. La prospectiva en Protección Social, se debe a lograr este eje virtual de articulación entre lo que se está haciendo, como preocupaciones inmediatas y los escenarios que es posible anticipar en el futuro.

Por cierto el campo particular de las nuevas tecnologías es a este respecto tan importante porque ha permitido reactivar operativamente el diálogo sobre el tema en un plano concreto, como porque nos ha dotado de las herramientas que permiten compartir los escenarios y construirlos en conjunto. Material interesante al respecto, puede ser encontrado en el sitio de la Unión Europea, dedicado a la investigación sobre el tema
http://cordis.europa.eu/foresight//visions.htm#infosoc

Habilitación en Protección Social.
La apropiación comprensiva de las tecnologías es un desafío implícito en la implementación del sistema de protección social. Esto es, que el dato no basta con que sea incorporado a un sistema de información, sino que tiene que adquirir significado, lo que quiere decir que se le otorgue contenidos en sus contextos de origen y expresión, es decir, en las localidades.

La política de gobierno en protección social, está dirigida a los municipios, quienes deben ser los que definan las condiciones particulares que asume el diseño universal de derechos en términos específico y de acuerdo a los criterios de pertinencia que buscamos. La municipalización pasa por la apropiación comprensiva de las tecnologías que conforman la columna vertebral de la protección social universal, tanto en sus aspectos de gestión en red de procesos, como de generación conceptual de significados autónomos, que serán entonces el contenido real del vehiculo que las herramientas permitan transmitir.

Esto a su vez, requiere de la aplicación de estrategias concretas de retroalimentación que permitan la interacción permanente con los actores de la red social y los beneficiarios para avanzar así hacia a la plena concordancia entre oferta pública y las necesidades sociales. Por lo tanto, consideramos que se debe implementar un Módulo Piloto de Cultural (MPC), en la Plataforma Tecnológica y que ello debe ser hecho en el terreno, es decir en el territorio, de manera a convocar a las municipalidades y las familias a participar en su diseño comprensivo. A partir de allí podríamos establecer un tipo ideal de Municipio, es decir de relaciones entre el municipio y las familias, que debiera alcanzar el sistema nacional de protección social.

Para desarrollar esta iniciativa contamos con la muy significativa experiencia de la plataforma tecnológica del SiiS de Chile Solidario, del conocimiento y know how de los equipos centrales y territoriales que coordina la encargada de la macro zona norte, así como de la voluntad política que nos ha expresado el Seremi de la III Región. Sin duda que de llevar a cabo esta iniciativa, lograremos una importante retroalimentación con los actores locales y podremos generar una definición conceptual y operativa de cultura, que al tiempo que rescate sus características universales, sea al mismo tiempo capaz de expresar las características diferenciales de lo local y se constituya en un referente activo de la participación y la pertinencia de las políticas públicas.



rmh. /

22.05.06

Notas.
[1] El concepto de interfase, se utiliza en cibernética para indicar el campo en que se produce la interconexión, el traslape y la transformación de una cosa en otra. Por extensión se utiliza también como el dominio de “traducción”, en que un lenguaje, es “entendido” por otro.
[2] La presencia de esta perspectiva, se objetiva en el diseño de la Ficha Familia (que sustituye a la Ficha CAS II, en la perspectiva de la estratificación social), que declara explícitamente ser una paso operativo hacia el Sistema de Protección Social (“En efecto, el contexto en el cual se diseña la Ficha Familia, hace necesario no solo el ajuste de muchas de las variables propias de la Ficha CAS II, sino que particularmente obliga a plantearse la generación de un instrumento que facilite no solo la selección de potenciales beneficiarios de recursos del estado –objetivo tradicional de la Ficha-, sino que también aporte transversalmente al diseño e instalación de un Sistema de Protección Social”. Módulo Teórico, Ficha Familia. P,25. Mideplan, División Social, Depto. Sistemas de Información Social. 2005). Cabe señalar, que esta Ficha familia, por lo anterior, denominada de “transición”, nunca llegó a aplicarse a nivel nacional.